Urribarri juega todo a quedarse con un cuarto del electorado

El gobernador recorre el país con un discurso de fidelidad sin matices hacia el gobierno nacional. Apunta a los enemigos de Cristina Kirchner y goza de espacios K. Su exposición le valió la difusión de complicaciones en la provincia.
Sergio Urribarri lanzó y explicitó como nadie su precandidatura presidencial. Recorre el país y es recibido en los círculos kirchneristas más duros.
Fue disertante en Buenos Aires invitado por el colectivo de intelectuales Carta Abierta; y este fin de semana fue recibido en Santa Fe por uno de los fundadores de la CTA, Victorio Poulón. Horas antes estuvo en Mar del Plata con el ex ministro de Agricultura, Carlos Cheppi; y el titular de la Anses, Diego Bossio.
La semana pasada, mientras los gobernadores peronistas encabezados por Daniel Scioli se reunían en la sede del PJ nacional para poner en funcionamiento el partido y repartirse los espacios en el seno de la estructura, Urribarri se reunió con el intendente kirchnerista de Quilmes, Francisco “Barba” Gutiérrez.
Este martes estuvo en Río Gallegos para hablar en la UTN. Visitó el mausoleo de Néstor Kirchner acompañado por su hijo Mauro y fue entrevistado por los medios de propiedad del polémico Lázaro Báez: el diario Prensa Libre y Magna FM. No estuvo con el gobernador, Daniel Peralta, quien mantiene una relación zigzagueante con Cristina Kirchner.
La explícita campaña electoral lo puso al gobernador entrerriano en el ojo de los medios nacionales. La última semana fue dura. Lejos de conferirle crónicas simpáticas en la que lo supieron mostrar jugando a las bochas en algún pueblito entrerriano, el mandatario se vio reflejado en la vidriera de los grandes matutinos y canales de Buenos Aires por el escándalo de las cosechadoras primero, y una posible reprivatización del Frigorífico de San José después. El conflicto con el sector de la salud en Entre Ríos fue también amplificado por canales de aire de Capital Federal.
Este domingo Página/12 le otorgó una entrevista. Urribarri no se corrió un ápice de su manual que consiste en criticar duramente a Scioli y a Sergio Massa; y reiterar la promesa de continuar tal cual el proyecto político que se inició en 2003. Incluso “con el mismo equipo”.
Las encuestas publicadas por estas semanas le dan al espacio kirchnerista una aceptación del 25 o 30 por ciento. Es, sin dudas, la franja de la ciudadanía que está convencida del “modelo”. En el gobierno provincial creen que ese es un piso electoral nada despreciable. Es entendible que la estrategia del mandatario sea sostener ese cuarto del electorado nacional en un escenario que se presentaría con no menos de cinco candidatos en las PASO.
Urribarri junta más aliados K que peronistas, goza de los contactos del gobierno nacional y apunta a los enemigos íntimos y no tanto de Cristina Kirchner. Todo eso puede ser recompensado con un cuarto del electorado de toda la torta. El “sueño entrerriano” espera la bendición final de la Casa Rosada.