La Presidenta cuestionó a quienes dicen que “todo es horrible”; sugestiva ausencia de Scioli
Lo dijo como al pasar, pero por las dudas se atajó. «Que mañana nadie diga que critico el derecho de huelga». Apenas 24 horas antes del comienzo del paro general dispuesto por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, Cristina Kirchner defendió los reclamos gremiales y sobrevoló así, sin focalizar, la protesta en contra de su Gobierno que harán mañana los sindicatos enfrentados a la Casa Rosada. «Todos tienen derecho a hacer huelga y está muy bien. Así que, por favor, que nadie se sienta aludido, ¡por Dios!», aclaró ayer por la tarde en su discurso por cadena nacional desde Tecnópolis, donde inauguró el Encuentro Federal de la Palabra con un show de stand up y raperos.
Previo al paro, la Presidenta insinuó así un cuestionamiento a la medida de fuerza cuando relataba una visita que hizo a la localidad de Victoria Este, en Salta, en momentos en que en el inicio de clases, los docentes de la provincia estaban de huelga. Como contraste, rescató a las maestras que, -dijo- «al rayo del sol», la esperaron para saludarla y no se habían plegado a la protesta.
El Gobierno se concentró en los últimos días en calificar como un «paro político» la protesta de Moyano y Barrionuevo, a la que se sumó la CTA de Pablo Micheli y agrupaciones sociales.
Como una suerte de balance, la Presidenta se quejó de quienes sostienen «que todo es horrible» y resaltó: «Si todo estuviera mal y si todo es horrible, ¿qué son esos miles y miles de argentinos que yo veo acá en la Capital Federal, cuando los fines de semana no hay lugar en ningún restaurante, cuando no hay lugar en ningún cine, en ningún teatro, en ninguna parte?».
El gran ausente del acto fue el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, que tenía agendado acompañar a la Presidenta pero sorpresivamente no asistió. A esa hora, pasadas las 18, estaba en la sede del Banco Provincia en Capital. Hoy, de todas maneras, se verá con Cristina en La Plata, donde inaugurarán las obras de reconstrucción del hospital Español tras la inundación del año pasado. En su entorno descartaron algún malestar con la Casa Rosada después de que varios funcionarios nacionales se despegaran de su plan de declarar la emergencia en seguridad.
CADENA ATÍPICA
La de ayer fue una cadena nacional atípica, no por el discurso presidencial sino por los shows que se presentaron previo al mensaje de Cristina. Allí apareció Guillermo Selci, un humorista que despertó varias veces la carcajada de la jefa del Estado hasta que un chiste nubló la sonrisa presidencial. «Tengo un amigo de La Cámpora. Antes le decíamos el Negro Ciruela, y ahora le decimos Blackberry», lanzó, ante la mirada atenta de Cristina. Se había metido con la agrupación favorita de la jefa del Estado. «Están como locos los pibes», atinó a decir Selci con una risa incómoda cuando los jóvenes militantes, ubicados con bombos al fondo del predio donde se hizo el acto, le contestaron con el clásico canto: «Che gorila, che gorila, no te lo decimos más, si la tocan a Cristina qué quilombo se va a armar».
Risueña, la Presidenta le advirtió. «Me parece que te contestaron, no tienen sentido del humor», agregó y volvió a largar otra carcajada al micrófono abierto. La cadena contó, además, con un cantante de hip hop y la lectura de varios pasajes literarios. Quien cerró fue Osvaldo Soriano, que se llevó todos los aplausos.
Como ya lo hizo la semana pasada, Cristina condenó los linchamientos y reclamó «racionalidad». «Muchas veces nos dijeron que por nuestro discurso generábamos actitudes reprochables, y esos mismo hoy emprenden a golpes para tratar de solucionar problemas que no soy de hoy, que serán de ayer, de hoy y de mañana», sostuvo.
